Los niños holandeses van a la escuela primaria de los cuatro a los doce años y durante esta etapa hacen ocho cursos académicos. Los dos años primeros siguen un método de aprendizaje lúdico. Aprenden a utilizar el idioma, a tratar con otros niños y a moverse. En los años siguientes se imparten asignaturas más "académicas", como cálculo, lenguaje, geografía e historia. En el sistema educativo holandés se intenta estimular al máximo el desarrollo de las aptitudes individuales del niño. Por tal motivo, es normal trabajar en lo que se denominan grupos de nivel. Al final de la enseñanza básica, la mayoría de los alumnos tienen que hacer un examen nacional; el "examen Cito". Sin embargo, los resultados académicos medios del alumno son determinantes al elegir qué enseñanza le conviene cursar en la siguiente etapa.